Los resistentes
(Alberto Porlan
Adaptación: David E. Rodríguez/Iván Mariscal)
Hoy han vuelto los chicos que partieron,
los chicos que escaparon de sus casas
para reunirse luego en los oscuros bosques
jurando resistir hasta la muerte.
Han regresado al pueblo esta mañana
los que viven resistiendo.
Los he visto en la plaza y he dudado.
¿Por qué no se parecen a aquellos que se fueron
con los ojos velados por una justa rabia?
Estos traen acero brillando en las pupilas
y las manos callosas y llenas de arañazos.
Los que viven resistiendo.
Estos no quieren nada, han conocido
la sencilla verdad de la muerte y de la vida
y avanzan con pie firme y veterano gesto.
Mercaderes, verdugos, no los perdáis de vista.
Más tarde o más temprano os hundirán el templo.
Los que viven resistiendo.
Y traen armas nuevas, lanzallamas
de besos inauditos y carros de combate,
blindados de exactísimos abrazos
y cazas que interceptan a todas las falacias
y bombarderos llenos de palabras como golpes.
Los que viven resistiendo.
Han cambiado estos chicos, ahora traen el aire
del que se siente libre y liberar desea,
del que no traga ya los terrones de azúcar,
del que no está dispuesto a aceptar los decretos,
del que escupe a la cara del necio poderoso.
Los que viven resisitiendo.
Estos no quieren nada, han conocido
la sencilla verdad de la muerte y de la vida
y avanzan con pie firme y veterano gesto.
Mercaderes, verdugos, no los perdáis de vista.
Más tarde o más temprano os han de hundir el templo.
Los que viven resistiendo
han regresado al pueblo.
martes, 12 de febrero de 2008
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1 comentario:
la palabra no resiste si su creador sólo la escribe
menos palabra ñoña
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