Últimamente
beber alcohol
me pone triste.
Salgo entonces a la tarde,
cuando hace sol,
de cuatro a cuatro y media,
doy un paseo y luego,
en la bañera de la luz,
entre pájaros y niños,
me siento en la plaza
a contemplar fachadas.
Y veo en ellas,
como en un espejo,
al chico que
suspirando
las miraba
un día tras otro
durante años
y no bebía.
viernes, 6 de febrero de 2009
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1 comentario:
Exacto.
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